¿QUE PASO EN MI VIDA?
Desde mi captura en 1985, mi hijo José Alejandro, se crío en Suecia, en el exilio, lo miraba ocasionalmente. En 1988 le dijimos que su papa había desaparecido en 1984 y eso lo golpeo, me dijo “...es como si estuviera muerto” .Cuando el llego a el Salvador, en 1994, 2 años después de la firma de los acuerdos de paz, ya casi cumplía los 14 años. Paso un proceso lógico de adaptación cultural y hemos convivido en el mismo hogar durante estos años. El saco una Licenciatura de Arte , en el ISA en la Habana.
Actualmente mi madre, hermanas, cuñados, sobrinos, nietos de mi hermana, tíos viven al sur de Suecia, y hacia el norte vive también mi papá y su nuevo núcleo familiar donde tengo otros hermanos. Todos ellos fueron reprimidos y tuvieron que ir a Suecia, al sur de esta.
Por la Dictadura , tuvieron que ir al exilio, ahora podrían regresar a El Salvador, pero han ya trazado sus propios planes. Al inicio me sentía algo culpable por el exilio que ellos afrontaron, luego he visto que se ha convertido también en oportunidades, aunque nunca es lo mismo vivir en su Patria original.
Respecto a mi seguridad, he sufrido dos atentados: uno en campaña electoral en febrero de 1994 y el otro el 19 de mayo de ese mismo año, siendo ya diputada al parlamento. Se han juzgado a los autores materiales, pero aun no se ha procedido a investigar a los autores intelectuales, a los que contratan los sicarios, esos que son los mas peligros criminales y que son los mismos que asesinaron al compañero Francisco Veliz el 25 de octubre de 1993. Los mismos que mataron en junio de 1995 a Ramón García Prieto, que sobreviven por el sistema de Impunidad imperante.
A pesar de haber negociado la paz y haber entrado en ese contexto, dos veces a la sede de la ONU en Nueva York, y en 2001 a la ONU invitada por UNICEF para hablar sobre Niñez y Conflicto Armado; siempre me restringen al perímetro alrededor del edificio de la ONU. Ahora los Estados Unidos me siguen negando la visa.
Durante este tiempo me he encontrado con muchos personajes que describo en el libro y a quienes no les puse nombre. Precisamente, ahora me encuentro escribiendo un libro "Sanando las Heridas" donde describo los encuentros y desencuentros con los que han sido nuestros enemigos y ahora, se han convertido en adversarios políticos incluso en aliados algunos de ellos. También se plantea que para que llegue la conciliación se deben cumplir los acuerdos de paz y particularmente lograr la paz social.
Todavía no se han cumplido las recomendaciones de la Comisión de la Verdad, que fue el mecanismo que pactamos en la paz para investigar las violaciones a los Derechos Humanos de la sociedad en el conflicto y que cobraron mas miles de vidas y desaparecidos. Ello nos iba a llevar al esclarecimiento de la verdad de los casos señalados, como es el de monseñor romero, los jesuitas asesinados, etc. e iba a servir de freno a la impunidad que se ha profundizado mas a lo largo de estos años.